Tipos de cabeceros de cama: ¿cuál elegir?
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Los cabeceros de cama son una pieza clave en el dormitorio, de hecho es el elemento que más llama la atención y en lo que primero nos fijamos. Incluso puede definir el tipo de ambiente y decoración de la estancia. Por eso es importante escoger una pieza que refuerce ese protagonismo.
Para qué sirve el cabecero de una cama
El cabecero de una cama cumple dos funciones. Por una parte está la decorativa; no podemos negar que la armonía y el equilibrio entre los colores y los elementos del dormitorio influyen en el estado de ánimo y, por lo tanto, en el descanso. Teniendo esto en cuenta, lo mejor es elegir un cabecero que armonice con el resto de la habitación y que enmarque la cama para convertirla en nuestro rincón de descanso preferido.
Por otro lado, también hay que destacar su parte funcional, y es que además de aportar estética al dormitorio, también sirve como apoyo para sentarse a leer, como elemento aislante de la pared ante bajas temperaturas y como protector para no dañar o manchar la pared.
Tipos de cabeceros para cama
Existen cabeceros para todos los gustos, clases de dormitorios y necesidades decorativas, pero podemos hacer una clasificación amplia de los tipos de cabeceros para camas que podemos encontrar en función de sus materiales.
Tipos de cabeceros para cama de madera
La madera, al ser un material natural, siempre aporta calidez a la estancia. Además es muy versátil a la hora de construir diseños diferentes, por lo que podemos encontrar una gran variedad de cabeceros fabricados con este material.
Dependiendo de la procedencia de la madera y del tratamiento que se le haya aplicado, el resultado final (y también el precio) puede variar mucho. Las maderas macizas, con las vetas muy marcadas, son ideales para darle un carácter rústico al dormitorio. Por el contrario, las maderas más finas y lisas, de vetas delicadas, en sus diversos tonos pueden usarse para diseños más vanguardistas y encajar perfectamente en cabeceros de cama para jóvenes.
Cabeceros textiles
Entre los tipos de cabeceros de cama encontramos también los textiles, aunque en este apartado hay que diferenciar el cabecero tapizado y el cabecero tapiz.
Para los tapizados, se suele utilizar una estructura rígida sobre la que se coloca el tejido. Los de tipo son todo un clásico y aportan una gran elegancia al dormitorio.
En cuanto los de tapiz, no necesitan ningún bastidor, ya que van sujetos a la pared. Son la opción más informal y resultan ideales para vestir dormitorios pequeños porque no requieren espacio extra. El único problema que puede surgir con este tipo de cabeceros es el de la limpieza, aunque hoy día se suelen utilizar materiales fácilmente lavables
Cabeceros de cama de forja y metal
También son muy populares los cabeceros de forja, aluminio o latón, y pueden ser una verdadera obra de arte, ya que existen diseños de todo tipo, desde los más sencillos, hasta los más intrincados, de forma que se adaptan a todo tipo de estilos decorativos.
Además, se pueden encontrar en diferentes colores, y en modelos que van desde lo clásico, hasta las propuestas más modernas y arriesgadas. Son resistentes, sólidos y con una gran personalidad.
Una vez que hayamos elegido entre los diferentes tipos de cabeceros de cama, debemos intentar colocarlo en la pared que da al norte, según las recomendaciones del feng shui. Si esto no es posible elegiremos el lado que, desde la cama, nos permita tener las puertas y las ventanas en nuestro campo visual.